En los años 50, un joven Valentino Ludovico Garavani persigue el sueño de ser costurero trabajando en París con diseñadores que marcaron sus inicios como Jacques Fath, cuyas piezas se caracterizaban por las siluetas curvilíneas y grandes escotes y el legendario Balenciaga, cuyas formas, volúmenes impredecibles y líneas fluidas, sirvieron de inspiración en el joven modisto.
Regresa a Italia. En 1962 lanza su marca VALENTINO junto a su socio Giancarlo Giammetti, quién propulsó su carrera profesional.
Vestidos ultrafemeninos, lazos, plumas, organza, plisados y drapeados acompañan sus creaciones, un hombre cuyos diseños están inspirados en el cine y en las mujeres de su familia: “La elegancia de mi madre, el valor ritual que ella, mis tías y primas daban a los vestidos, a los preparativos para las fiestas, su diversión y estilo, que aunaba glamour y sentido del decoro me marcaron”, asegura el diseñador italiano.

Jackie Kennedy, fue la primera celebridad en poner la mirada en su talento y le encarga uno de los trabajos más emblemáticos de su carrera: diseñar su vestido de novia. Ahí su fama fue mundial.
Tras exitosos años de llenar de estilo y calidad las pasarelas, de imponer el color rojo Valentino, en 2008, luego de 45 años en la moda, Valentino Garavani anuncia su retirada. Pier Paolo Piccioli, es el encargado de tomar las riendas de la Maison Valentino y de mantener el espíritu y sensibilidad del “maestro”.